Como padres, uno de los síntomas que más nos inquieta en nuestros hijos es la fiebre. Sin embargo, la reacción de los médicos ante la fiebre depende de varios factores como la edad del niño, la duración de la fiebre y, en algunos casos, la altura de la misma. En este artículo, te explicaremos cuándo deberías preocuparte por la fiebre en tus hijos y cómo Docokids puede ayudarte a manejar esta situación.
Lo primero es confirmar si tu hijo realmente tiene fiebre. La mano no es un buen termómetro, por lo que es necesario tomar la temperatura con un termómetro que nos da cifras exactas. Para los niños pequeños, se recomienda un termómetro digital axilar. Le llamamos fiebre a una temperatura axilar superior a 38 grados. Para tomar decisiones acertadas como pediatras tenemos que tener mediciones objetivas de temperaturas y no guiarnos por “lo sentí caliente”.
La edad del niño es crucial al evaluar la fiebre
Cualquier niño menor de 3 meses con temperatura axilar mayor a 38 grados debe consultar de inmediato. La excepción aquí son los niños que presentan fiebre posterior a las vacunas de los 2 meses.
La fiebre por sí sola no siempre es motivo de alarma. Es importante evaluar otros síntomas que pueda presentar tu hijo. Por ejemplo, si tu hijo tiene fiebre pero sigue jugando, comiendo y durmiendo bien, y parece estar en buen estado general, es probable que la fiebre no sea motivo de preocupación inmediata.
Si tu hijo es mayor de 3 meses, la importancia de la fiebre depende de la presencia de otros síntomas y su duración. Las infecciones comunes como el resfriado pueden causar fiebre, generalmente durante unos dos días; una fiebre que dura más podría sugerir una infección más seria.
Debes hablar con un médico si tu hijo:
Busca atención de urgencias si tu hijo:
En Docokids, ofrecemos recursos adicionales y consejos para manejar la fiebre en casa y entender cuándo es momento de buscar ayuda médica. Nuestro objetivo es brindarte la tranquilidad y la información necesaria para cuidar de la salud de tu hijo.
Saber cuándo una fiebre en niños es motivo de preocupación es clave para actuar de manera adecuada. Recuerda, en caso de duda, siempre es mejor errar en el lado de la precaución y consultar con un médico. Con el apoyo y la orientación adecuados, puedes manejar estos momentos con confianza y seguridad.