Como padres, una de nuestras principales preocupaciones es asegurarnos de que nuestros hijos crezcan saludables y felices. Por eso, cuando notamos algo inusual en su desarrollo físico, es natural sentir preocupación. Un tema que a menudo genera dudas es la fimosis fisiológica en niños, un fenómeno completamente normal durante los primeros años de vida, pero que aún puede ser motivo de inquietud.

¿Qué es la fimosis fisiológica?

La fimosis se refiere a la condición donde la piel que cubre la punta del pene, conocida como prepucio, no puede retraerse para dejar al descubierto el glande. En bebés y niños pequeños, la fimosis es considerada fisiológica, lo que significa que es parte del desarrollo normal y no suele necesitar tratamiento, ya que en la mayoría de los casos se resuelve por sí sola a medida que el niño crece.

Cómo identificar la fimosis fisiológica

Es importante diferenciar entre fimosis fisiológica y patológica. La fimosis fisiológica es normal en niños pequeños y no debe causar dolor, dificultad para orinar, o infecciones urinarias. Por otro lado, la fimosis patológica puede aparecer a cualquier edad y suele estar acompañada de síntomas como dolor, problemas para orinar, y posibles infecciones en la orina.

Tratamiento y cuidados

En la mayoría de los casos, la fimosis fisiológica no requiere tratamiento médico. Sin embargo, es fundamental mantener una buena higiene para evitar infecciones. Lo más importante, es que la retracción forzada del prepucio debe evitarse siempre, ya que puede causar dolor, desgarros o cicatrices.

Después de los dos años de vida o  en algunos casos puntuales antes de esta edad, si la fimosis persiste y no hay mejoría puede que se requiera de tratamiento con un corticoide tópico que puede mejorar esta situación.

Siempre que la fimosis sea patológica se requiere del concepto de urología pediátrica para determinar si es necesario realizar un procedimiento quirúrgico menor que se  conoce como circuncisión.

Conclusión

La fimosis fisiológica es una parte normal del desarrollo infantil y, en la mayoría de los casos, no es motivo de preocupación. Sin embargo, tener acceso a la información correcta y el apoyo adecuado es esencial.

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