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Los mocos parecen ser una constante en la vida de muchos niños. Si eres padre o madre, probablemente te hayas preguntado más de una vez: ¿Por qué mi hijo siempre tiene mocos? Aunque puede parecer algo molesto, los mocos son parte de un mecanismo natural del cuerpo para proteger las vías respiratorias. Sin embargo, es normal que surjan dudas cuando los mocos parecen no desaparecer nunca. En Docokids, queremos ayudarte a entender mejor esta situación y brindarte consejos prácticos sobre cómo manejarla.

¿Qué son los mocos y por qué aparecen?

Los mocos son una sustancia producida por las membranas mucosas del cuerpo, principalmente en la nariz, la garganta y los pulmones. Cumplen la función de atrapar bacterias, virus y partículas de polvo, evitando que ingresen a los pulmones y causen infecciones. Es decir, que tienen una función protectora.

En los niños, es común que los mocos aparezcan con frecuencia, sobre todo en las siguientes situaciones:

• Resfriados/gripa: Los niños pueden tener entre 6 y 8 resfriados al año, especialmente si asisten a guarderías o escuelas, donde están expuestos a virus por el contacto con otros niños.
• Alergias: Algunas veces, los mocos constantes pueden ser el resultado de alergias. Los alérgenos como el polvo,  el polen o el pelo de las mascotas pueden desencadenar la producción de moco como mecanismo de defensa.
• Clima frío o seco: El aire frío o seco puede irritar las vías respiratorias de los niños, causando que el cuerpo produzca más moco para protegerlas.
  Cambios en la temperatura: Es común que, al pasar de un ambiente frío a uno cálido, el niño comience a tener secreción nasal. Esto ocurre porque las mucosas se adaptan a los cambios de temperatura.
• Sinusitis: Si los mocos son persistentes y vienen acompañados de otros síntomas, como dolor de cabeza o congestión, podría ser signo de una sinusitis, una inflamación de los senos paranasales.
• Contaminación ambiental: Los contaminantes en el aire, como el humo o las partículas de polución, pueden causar irritación en las vías respiratorias de los niños, provocando una mayor producción de moco. Igualmente, el humo de tabaco puede producir estos síntomas.

¿Debería preocuparme si mi hijo tiene mocos todo el tiempo?

La mayoría de las veces, tener mocos constantes en los niños es algo normal y no es motivo de alarma. Sin embargo, hay algunas señales que podrían indicar que es hora de consultar a un médico:

• Mocos de color verde o amarillo espeso durante más de una semana.
• Fiebre alta (mayor de 38°C) que dura más de 3 días.
• Dificultad para respirar o silbidos al respirar.
• Dolor de cabeza persistente o dolor facial.

¿Cómo puedo ayudar a mi hijo a sentirse mejor?

Aunque no siempre se puede evitar que los niños tengan mocos, hay algunos consejos que puedes seguir para ayudarles a sentirse más cómodos:

• Mantén la nariz limpia: Usa un suero fisiológico o solución salina para limpiar las fosas nasales de tu hijo. Esto ayuda a aflojar el moco y facilitar su expulsión.
• Hidratación: Asegúrate de que tu hijo beba suficiente agua durante el día. Mantenerse hidratado ayuda a diluir el moco y a que sea más fácil eliminarlo.
• Humidificador: Utilizar un humidificador en la habitación de tu hijo puede añadir humedad al aire, lo que reduce la irritación nasal, sobre todo en climas secos o durante el invierno.
• Aspirador nasal: En los bebés y niños pequeños que no pueden sonarse la nariz, el uso de un aspirador nasal puede ser muy útil para eliminar el exceso de moco.
• Evita el humo y la contaminación: El humo de tabaco y los ambientes con mucho polvo pueden empeorar los síntomas. Trata de mantener a tu hijo en ambientes limpios y ventilados.
• Consulta con el pediatra si sospechas alergias: Si los mocos persisten y se acompañan de estornudos frecuentes, picazón en los ojos o tos, consulta con un pediatra sobre la posibilidad de alergias y su tratamiento.

Es fácil caer en ciertos mitos o creencias sobre los mocos y los resfriados. Aquí te queremos mencionar algunos de los más comunes:

• El frío causa resfriados: El frío no causa resfriados, son los virus los responsables.
• Los mocos verdes siempre indican infección: El color del moco puede variar y no siempre indica una infección bacteriana. El moco verde es un signo de que el cuerpo está combatiendo la infección, pero no necesariamente requiere antibióticos.
• Los niños siempre deben estar sin mocos: Es normal que los niños tengan secreción nasal de vez en cuando, especialmente durante la temporada de resfriados o cuando están expuestos a alérgenos.

Conclusión

Aunque los mocos pueden ser molestos, en la mayoría de los casos no son motivo de preocupación. Lo más importante es estar atentos a las señales de alerta y mantener hábitos que ayuden a tu hijo a sentirse mejor. En Docokids, nuestros pediatras están disponibles para responder todas tus dudas y ofrecerte orientación personalizada sobre cómo manejar los mocos y otras inquietudes relacionadas con la salud de tu hijo. Haz clic aquí para conocer nuestros planes.

Escrito por: Felipe Rodríguez